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Tos de la Perrera (Bordertella)
Entendiendo y previniendo, ¡Todo lo que necesitas saber!
9/11/20212 min read
La tos de la perrera, oficialmente conocida como traqueobronquitis infecciosa canina, es una de las enfermedades respiratorias más comunes en los perros. Afecta principalmente a las vías respiratorias superiores y es altamente contagiosa. Aquí te contamos cómo reconocerla, tratarla y, lo más importante, prevenirla.
¿QUÉ ES LA TOS DE LA PERRERA?
Se trata de una condición respiratoria que puede ser causada por varios virus y bacterias, siendo el virus de la parainfluenza y la bacteria Bordetella bronchiseptica los más comunes. Se caracteriza por una tos seca y fuerte, que a menudo termina con un sonido similar al de un “gag”. Aunque no suele ser grave, si no se trata, puede derivar en complicaciones como neumonía.
Síntomas a Observar
Los síntomas más comunes incluyen:
Tos seca y persistente
Secreción nasal
Estornudos
Letargo
Pérdida de apetito
Fiebre (en casos menos frecuentes)
Transmisión y Prevención
La tos de la perrera se transmite a través del aire, por contacto directo entre perros, y a través de objetos contaminados. Los lugares con alta concentración de perros, como perreras, parques y clínicas veterinarias, presentan un riesgo más alto de contagio.
La vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir la tos de la perrera. Existen vacunas tanto inyectables como intranasales, y tu veterinario puede recomendarte la más adecuada para tu mascota. Mantener un buen régimen de higiene, evitando el contacto con perros enfermos y desinfectando áreas y objetos, también es crucial.
Tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. En casos leves, puede ser suficiente con asegurar que tu perro descanse en un ambiente cálido y sin corrientes de aire. En casos más severos, el veterinario puede prescribir antibióticos para combatir la infección bacteriana, así como medicamentos para aliviar la tos y asegurar el confort del animal.
Conclusión
Aunque la tos de la perrera puede sonar alarmante, con la prevención adecuada y el cuidado oportuno, la mayoría de los perros se recuperan completamente sin complicaciones. La clave está en la observación atenta y en mantener una comunicación abierta con tu veterinario, asegurando así la salud y felicidad de tu compañero canino.